Desde el punto de vista oftalmológico, existen dos enfermedades de una gran prevalencia y en continuo aumento de su incidencia como son el EMD y la DMAE, capaces de producir ceguera y que no pueden ser exclusivamente una responsabilidad del segundo nivel asistencial. Detectar y tratar de la forma adecuada las situaciones clínicas de riesgo es uno de los objetivos prioritarios de los distintos sistemas sanitarios y ahí es donde cobran especial relevancia los programas de cribado y de formación continuada.
Desde la SEMG pensamos que la realización de la exploración oftalmológica básica de estos pacientes desde el ámbito de la atención primaria es viable y necesaria. Solamente desde la colaboración estrecha desde las especialidades de medicina de familia y de oftalmología podremos disminuir el número de pacientes que van a desarrollar problemas graves de visión, evitando el consiguiente coste social y familiar que puede conllevar.